Responsables penales
Los problemas en el orden de la seguridad pública se han incrementado con el paso del tiempo y han generado una serie de fenómenos hasta hace poco desconocidos en nuestra vida cotidiana. Más allá de la proliferación de empresas de seguridad y el avance tecnológico en cuestión de alarmas y otros instrumentos tendientes a defender la propiedad privada, la cría de algunas razas caninas de particular porte se ha venido extendiendo y hoy es fácil encontrar en clasificados de prensa y de internet avisos de venta de perros rottweiler, doberman, cimarrón, pit bul y de otras clases poco frecuentes en Uruguay algunos años atrás.
Pero, simultáneamente, se ha venido dando otro fenómeno en apariencia previsible: el crecimiento de episodios de violencia protagonizados por estos animales, cuyas víctimas han sufrido gravísimas lesiones cuando no directamente la muerte. Días atrás, una mujer de 60 años falleció a causa de las mordeduras que le propinó un perro cimarrón de su propiedad, el que, además, atacó al hijo de la dueña provocándole lesiones de gravedad. El episodio estuvo envuelto, además, por una serie de equívocos en los que fue acusada la Policía por haber demorado en ingresar a la vivienda, y las consiguientes explicaciones del subsecretario del Interior, afirmando que ello se debió a la imposibilidad legal de ingreso sin permiso judicial, argumento de poca creíble justificación.
Este no ha sido el único caso de ataques. El año pasado, dos jóvenes fueron agredidos por rottweiler y hasta un agente policial fue atacado por un can de gran porte en el Parque Roosevelt. La población se ha comenzado a acostumbrar a noticias de este tipo, cuyas víctimas son generalmente niños y jóvenes. Y todo parece resolverse de una manera no menos brutal: con el sacrificio del animal y sin ninguna otra consecuencia de orden legal.
Sin embargo, en Estados Unidos y en algunos países europeos se ha legislado sobre el asunto, apuntando a que los propietarios asuman mayores compromisos en la instrucción y el cuidado de sus perros, al punto de transferir la misma responsabilidad penal según sea el grado de lesiones sufridas por la víctima. Incluso en España, una ley prohíbe la tenencia en hogares de ejemplares de las razas Doberman y Rottweiler. Seguramente, ha llegado la hora de que comencemos a estudiar estas leyes, con la idea de aplicarlas en nuestro país. Es un reclamo de absoluta sensibilidad entre la población, y a ello nos abocaremos en lo inmediato.