Política

Aguerre ratificó ante tribunal que Álvarez tuvo intención de menoscabar su honor

“JERARCA NO PUEDE UTILIZAR SU CARGO COMO BANDERA POLÍTICA”, REMARCÓ

Al comparecer ayer el Tribunal de Apelaciones de 2° turno, el subsecretario de Transporte y Públicas, Dr. Juan Aguerre Cat, reiteró lo afirmado ante el juez en el sentido de que el ministro del Tribunal de Cuentas Ariel Álvarez tuvo una clara intención de menoscabar su honorabilidad al sostener que estaba en algún acomodo, que actuó de mala fe y que no sabía leer, por lo que debía volver a la escuela.
Diez minutos pasadas las 15 horas comenzó la audiencia en el Tribunal de Apelaciones de 2° turno, integrado por los doctores Alfredo Gómez Tedeschi (presidente), Dardo Preza Restuccia y William Corujo, promovida tras el recurso de apelación presentado por la defensa de Álvarez al pedido de procesamiento contra su cliente -con cinco meses de prisión- por el delito de desacato por ofensas. 
Tras solicitar la absolución de su defendido (Ariel Álvarez), el penalista Gonzalo Fernández realizó una larga y fundada exposición -.que fue calificada como “brillante” por el denunciado- en la que aclaró, en primer término, que el juez se apartó del pedido fiscal de condenar a su cliente por difamación para hacerlo por un delito de desacato por ofensas.
Destacó entonces que se este se trataba de un caso de “grandes connotaciones políticas”, puesto que tenía frente a frente a un ministro del Tribunal de Cuentas de la República y al viceministro de Transporte y Obras Públicas, recordando la frase de un colega en el sentido que “cuando la política entra por la puerta del templo, la Justicia huye despavorida por los cielos”.
Para Fernández, lo sustancial pasa por la interpretación de los términos utilizados por su cliente, con los que el denunciado se sintió agraviado u ofendido. 
Posteriormente, el reconocido penalista hizo mención a los agravios en los que se basa su solicitud de absolución. “Primero, el Código Penal el delito de desacato no define al sujeto activo sino al abstracto. No puede haber desacato entre funcionarios públicos no adoctrinados y de igual jerarquía, como es el caso. Por tanto, esa figura delictiva no puede ser aplicada, ya que -reitero- no cabe el desacato entre autoridades públicas. Entre iguales, no hay injuria”, agregó.

“GIRO IRÓNICO”
Acto seguido, explicó además por qué -en su criterio- no hay ofensa. “Quedó claro que ni los títulos ni los copetes ni los colgados y hasta las fotos, hasta se publicó por error la foto del hijo del denunciante en una de las notas, tienen algo que ver con el texto. 
El denunciado ha dicho que “o no sabe leer o hay algo oculto, y prefiero creer que deba volver a la escuela, en lo que fue sin duda un giro irónico que pretendió darle ya que nadie puede pensar que eso pueda ocurrir. Es una ironía propia de la actividad política”.
También aclaró que “el denunciado habla en plural cuando dice que están en un acomodo o actuaron de mala fe, por lo que no es algo singular, sino plural. El diario, además, actuó con total desprolijidad, porque el título no coincide con el texto, en la nota publicada en la página 3, además las notas fueron hechas por teléfono y sin que fueran grabadas. Es palmario además lo contenido en la última frase, atribuyéndosele a Álvarez, cuando dice que se levantó la observación del Tribunal de Cuentas, cuando lo que ocurrió fue totalmente lo contrario. Por tanto, no hubo ofensa, el denunciado en ningún momento se refirió a Cat como equivocadamente establece la sentencia apelada”.
Recordó que Álvarez jamás habló de coima, como lo señaló en la primera audiencia, sino que señaló que “había un acomodo o habían actuado de mala fe”.
Tras calificar como “gravísimo” que los dictámenes del Tribunal de Cuentas no sean tenidos en cuenta, recordó que el organismo remitió 16.054 observaciones a la Asamblea General sobre reiteraciones del gasto y todas están archivadas.
Como otro de los agravios, Fernández citó la valoración de al antijuridicidad, al sostener que “si bien hay un tinte de injuria, mi cliente actúa a cumplimiento de un cargo público”, haciendo referencia a lo publicado por el Dr. Santiago Rompani en 1943 cuando señaló que “la injuria legítima puede ser útil”.

AUSENCIA DE DOLO
También, en opinión del defensor de Álvarez, hubo ausencia de dolo, ya que para que este delito exista “debe haber una unión de conciencia y voluntad”, lo que -a su criterio- no ocurrió en este caso.
Por último, indicó que “acá hablamos de lenguaje y expresiones, dos personas le pueden dar a una expresión una comprensión distinta, pero Álvarez aclaró siempre que ni siquiera soñó con tratar (al denunciante) de coimero, hecho por el cual se siente agraviado”.

“ÁLVAREZ MIENTE”
Al cedérsele la palabra al denunciante, Aguerre Cat aclaró que “mi respuesta no va a tener el mismo brillo” que la del reconocido penalista Gonzalo Fernández, “pero sí debo decir que el abogado está muy influenciado por su cliente”.
Acusó de “falsas” las afirmaciones realizadas por Álvarez vinculadas al “tema de fondo” -el pronunciamiento del tribunal- y recordó que “no es cierto que el segundo dictamen sea vinculante” como se ha señalado. El convenio fue suscrito ad referéndum de las observaciones realizadas por el tribunal. Las únicas observaciones vinculantes son las del inciso B del artículo 211, nada más. Mal que le pese a Álvarez, el tribunal levantó la observación (…) como lo dijo su presidente, Guillermo Ramírez, en carta enviada al semanario “Búsqueda”.
“El tribunal entendió que es ilegal modificar los términos del contrato (con Consorcio del Este) pero levantó la observación, entendiendo que en materia de conveniencia o mérito no era él quien debía expedirse, sino que debía hacerlo el Poder Ejecutivo”, agregó.
Asimismo, dijo discrepar “con que la función de un ministro del Tribunal de Cuentas sea política, para mí es una función técnica”.
Más adelante, indicó que no es el mismo el delito de desacato por desobediencia que por ofensas. “Acá hubo una ofensa hecha con tinte político y de oposición. Y acá estoy, defendiendo mi honor, que se ha visto mancillado. Y (el ataque) es singular, no plural. Al que se le dijo que tenía que volver a la escuela fue a mí y no al Mtop. Pero Aguerre está tan ofendido en grupo plural o singular, porque el daño que se me ha hecho es tremendo: en mi cargo, a nivel de familiares, entre los subordinados o la opinión pública, que socarronamente me señala diciendo que “en qué andarás…” Y fue a mí al que atacaron, acusándome de no saber leer, de actuar de mala fe y estar en acomodos. Si esto no es un delito por ofensas, me pregunto yo qué es”.
Aguerre Cat dijo que “busco justicia ante una ofensa real, que no admite dos interpretaciones. Para mí, afirmar que estoy en un acomodo, es lo mismo que decir que se benefició a Consorcio del Este. Es obvio que de las expresiones de Álvarez surge que el Mtop recibió una coima. Acomodo, es sinónimo de delito. Yo no conozco ningún ministro del Tribunal de Cuentas que haya ocupado su cargo como tribuna política, como es el caso de Álvarez.. Yo acepto las críticas, pero no acepto ni los insultos ni las ofensas”, agregó Aguerre, quien considera que “las palabras agraviantes se dicen con el ánimo de ofender. El no quiso informar, sino agraviar, denostar y hacer caudal político a favor de su sector político. Reitero, estoy abierto a las críticas, como cualquier gobernante, pero no a los insultos”.
Por su parte, la fiscal penal de 9° Turno, Mónica Ferrero, reiteró su pedido de procesamiento, ya que “Álvarez quiso desacreditar” a Aguerre Cat, deshonrándolo. “Se puede criticar, sí, pero sin entrar en la ofensa”.

Si no hay discordia, fallo se conocerá el 12 de mayo
El presidente del cuerpo, Dr. Gómez Tedeschi, fijó para el 12 de mayo la audiencia en que se dará a conocer la resolución del Tribunal, siempre y cuando no exista discordia entre sus integrantes, ya que el fallo requiere de tres votos conformes. Por ese motivo, se sortearon otros ministros -entre los componentes de las otros dos tribunales penales- para eventualmente actuar en el caso: doctores Eduardo Lombardi, José Bonavota y Ricardo Harriague.

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