La pandemia del coronavirus que afecta a todo el mundo ya se ha cobrado más de 349.000 muertes. Con 5 millones 600 mil personas contagiadas por el virus, todos los países buscan soluciones al gran flagelo que ha destrozado las economías mundiales.
Con el mayor número de casos a nivel mundial, Estados Unidos superó las 100.000 muertes. En el Reino Unido, las muertes sobrepasan las 30.000 y actualmente América Latina se ha convertido en el nuevo epicentro mundial luego de Europa y los Estados Unidos.
El mundo está en alarma máxima y los expertos buscan y prueban las vacunas que puedan combatir el virus. Sin embargo, todavía hay que esperar para ver la luz al final del túnel.
Mientras la enfermedad del covid-19 sigue expandiéndose, los científicos comienzan a entender el verdadero funcionamiento de este virus que mantiene en vilo a todo el mundo.
Desde el comienzo de la pandemia, las recomendaciones para cuidarse y cuidar a los otros han recorrido el planeta, lavarse las manos, aislarse, usar tapabocas, etc. También nos enseñaron a limpiar las superficies con hipoclorito de sodio ya que los primeros estudios señalaban que el virus podía permanecer hasta dos días o más en las superficies. Van avanzando las investigaciones y van cambiando los métodos. Así como al principio no se aconsejaba el uso del tapabocas y ahora es un requisito esencial para circular, con la propagación del virus en las superficies pasó lo mismo.
Anteriormente se hablaba que el virus podía sobrevivir días y más sobre una superficie y ahora sólo se habla de pocas horas. El virus vivo no es capaz de sobrevivir fuera de una célula. Es importante recordar que los virus son parásitos intracelulares y debido a esto, sino están dentro de una célula, no sobreviven. De esto se deduce que es imposible que sobrevivan en una superficie inerte donde llega la luz, el aire, los desinfectantes o cualquier otra cosa que lo pueda destruir. Aunque no haya nada, la supervivencia del virus es muy corta.
Lo que sí produce el contagio son las secreciones que puede expulsar un paciente contagiado con el virus. De ahí la importancia del uso del tapabocas, que reduce un gran porcentaje de contagios. Según la OMS, cada vez que alguien tose o estornuda, produce hasta 3.000 gotitas de secreciones. Unos 3 o 4 días después del contacto, pueden empezar a aparecer los síntomas: tos, dolores musculares, dificultad al respirar, fiebre y fatiga.