El Pais 24

¿Dónde vivirá el príncipe Andrés tras perder sus títulos reales?

La caída en desgracia del ahora ex príncipe Andrés, hermano menor de Carlos III, continúa generando repercusiones tanto en la familia real británica como en la opinión pública. Tras el escándalo que lo salpicó en los últimos años y que terminó con su expulsión de las funciones oficiales, Andrés ha aceptado abandonar la Royal Lodge, la emblemática residencia de 30 habitaciones dentro de los terrenos de Windsor Great Park, donde vivió durante más de dos décadas junto a su exesposa, Sarah Ferguson.

Finalmente, y tras meses de negociaciones tensas, Andrés se trasladará a una propiedad mucho más modesta en la finca real de Sandringham, en el condado de Norfolk. Se trata de un exilio simbólico y, a la vez, práctico: no solo dejará atrás su antiguo estatus, sino también el lujo y el espacio de una de las residencias más codiciadas de la corona. Según trascendió en la prensa británica, será conocido a partir de ahora como Andrés Mountbatten Windsor, sin títulos honoríficos ni tratamiento de alteza real, y sus honores, incluidos los militares, están en proceso de ser formalmente retirados.

El Palacio le notificó que debe renunciar al contrato de arrendamiento de 75 años que tenía sobre Royal Lodge, lo que implica un desalojo forzoso y una pérdida patrimonial considerable. Aunque la vivienda seguirá siendo propiedad de la Corona, será reasignada, posiblemente para otros miembros de la familia real o para uso institucional. Andrés resistió inicialmente la idea de dejar la mansión —alegando acuerdos previos y mejoras realizadas a su costa—, pero la presión de la Casa Real fue determinante.

Sandringham, por su parte, representa una vida completamente distinta. Aunque se trata de una propiedad histórica de la monarquía, ubicada en un entorno rural, la residencia prevista para Andrés es mucho más pequeña, discreta y aislada. Es, en términos políticos, la materialización de su caída: del corazón de Windsor al margen más silencioso del mapa royal. Según fuentes cercanas al Palacio, el traslado busca también “reducir la exposición pública y mediática” y facilitar una salida ordenada de la escena central.

Por ahora no hay una fecha exacta para la mudanza, solo se sabe que debe completarse en los próximos meses. La transición será progresiva: implicará retirar mobiliario, objetos personales, archivos privados, y reorganizar su seguridad personal, que también fue reducida en los últimos años.

Con este movimiento, Carlos III consolida su estrategia de reconfigurar el núcleo de la Casa Real, apostar por un modelo más reducido y transparente y poner distancia institucional respecto a los escándalos que han dañado la imagen de la monarquía.

Para Andrés, la mudanza a Sandringham no es solo un cambio de dirección. Es un punto final: el cierre físico y simbólico de su vida como príncipe. A partir de ahora, será un Mountbatten Windsor más, lejos de los títulos y lejos del centro del poder.

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