E pur si muove
Hoy se cumple la primera mitad del primer gobierno del Frente Amplio.
El balance es altamente positivo y confirma que Uruguay inició un nuevo ciclo de su historia.
30 meses resultan instantes vistos en la perspectiva de los 2.124 meses de historia institucional que ha vivido el país con gobiernos tradicionales, pero adquieren importancia fundamental como primeros jalones de un proceso llamado a transformar profundamente a Uruguay, caracterizado por el impulso progresista de un modelo de desarrollo nacional, la modernización solidaria, el crecimiento económico con justicia social y la profundización de la democracia.
Primera mitad marcada por la transición de la administración anterior, la necesaria estabilización de una economía en crisis, la atención de las principales emergencias sociales, la inserción en el complejo entramado del Estado, el primer impulso de innovación institucional y la apertura de relaciones internacionales amplias que permitieron superar los riesgos heredados de un bilateralismo excluyente o un eventual aislamiento en la región.
El crecimiento económico, el avance en la distribución del ingreso como resultado de la recuperación de salarios y jubilaciones, la aplicación del Panes, los avances en derechos humanos y la legislación, entre otros, definen el balance positivo del período inicial.
Fueron exorcizados los fantasmas. Los augurios de “corridas financieras”, “crisis militares” o “conflicto social” dieron paso a la estabilidad, el fortalecimiento institucional, la concertación y la sensibilidad social.
Uruguay tiene un presidente con niveles históricos de aprobación promediando un mandato, y en Tabaré, el liderazgo imprescindible para emprender un proyecto ambicioso para el país y esperanzador para su gente.
Pese a la naturales ansiedades, resistencias, y el grave punto de partida, el país comenzó el difícil camino de la superación, no sin contradicciones, equivocaciones o desaciertos, de lo cuales más que renegar deberemos aprender.
La mitad del mandato cierra una etapa y abre otra.
Iniciamos ahora la etapa de la profundización de los cambios y la aplicación de las principales reformas: a nivel tributario, la salud, el Estado, la educación, los gobiernos locales con descentralización, la reforma legal y el desarrollo del país productivo que mejore las oportunidades de trabajo y la calidad de vida entre nosotros.
Pese a malos pronósticos, bloqueos y miopías, Uruguay está cambiando y avanza. Aunque haya peores ciegos que no lo quieran ver, se mueve… igual se mueve, en el sentido que decidieron las uruguayas y uruguayos.