El presidente José Mujica eligió al ex guerrillero y senador Eleuterio Fernández Huidobro -uno de sus compañeros más cercanos de lucha- para sustituir al también ex guerrillero Luis Rosadilla al frente del Ministerio de Defensa Nacional. Lo hizo porque necesitaba a alguien de la «guardia vieja» en ese lugar estratégico del gobierno, donde pretende «no improvisar» y tener a una persona de «confianza política».
Fernández Huidobro buscará dirigir la política de Defensa en sus grandes líneas, mantener la relación directa con los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y ser el nexo de éstos con el presidente.
El nuevo ministro que asumirá funciones en esta jornada es reconocido por su interés por las cuestiones de la defensa (en el Parlamento siempre integró la comisión del ramo), así como por haber participado antes y después del período de facto en negociaciones de pactos con militares. Con el nuevo ministro, Mujica respeta el reparto de cargos en el gabinete entre los sectores de la coalición de izquierda, ya que Huidobro representa y lidera a la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (Cap-L), a la que también pertenece Rosadilla.
Varios son los desafíos que deberá enfrentar el nuevo secretario de Estado, entre los que se encuentran el continuar investigando las irregularidades que se han planteado en diversas reparticiones de la Armada Nacional, así como el próximo recambio de comandante en jefe del Ejército y el titular del Estado Mayor Conjunto, que pasará a retiro en octubre.
El último episodio público protagonizado por Fernández Huidobro fue el 6 de mayo cuando presentó su renuncia al Senado, provocada por su rechazo a la anulación de la ley de Caducidad que pretendía aprobar el Frente Amplio. El ex legislador consideró la intención como un «error político».
La designación de Fernández Huidobro para este cargo debe ser vista con innegable optimismo, ya que se trata de alguien que conoce muy bien la temática y a sus protagonistas con quienes se ha enfrentado y también ha sabido dialogar. El tiempo dirá si logra reencauzar la relación de la izquierda con las Fuerzas Armadas y el tan ansiado acercamiento de la izquierda a ellas.