
Buenos Aires volvió a convertirse en capital mundial del rock con la esperadísima presentación de Oasis, que regresó a los escenarios porteños en un concierto que agotó entradas en tiempo récord y que quedará grabado en la memoria de miles de fanáticos. La mítica banda británica, referente indiscutida del britpop de los 90, ofreció un show cargado de nostalgia, clásicos atemporales y una energía que confirmó por qué su música sigue convocando multitudes a pesar del paso de los años.
Un estadio rendido ante los Gallagher
Desde temprano, el predio elegido se llenó de banderas británicas, camisetas futboleras y seguidores de todas las generaciones que esperaban volver a ver juntos, o al menos compartir escenario, a los hermanos Liam y Noel Gallagher, cuyas tensas relaciones han sido parte del mito que rodea a Oasis. Aunque no hubo declaraciones sobre una reunión definitiva, el clima de reconciliación musical se sintió desde el arranque.
La banda abrió con una versión explosiva de “Rock ’n’ Roll Star”, que desató el primer gran estallido del público. A lo largo de casi dos horas, sonaron himnos que marcaron una época: “Supersonic”, “Live Forever”, “Morning Glory”, “Don’t Look Back in Anger”, y, por supuesto, una multitudinaria interpretación de “Wonderwall” que hizo cantar incluso a quienes no consiguieron entrar y siguieron el show desde las inmediaciones.
Producción impecable y un público inagotable
La puesta en escena combinó luces impactantes, pantallas gigantes y un sonido que, pese a la potencia del estadio, logró respetar la esencia de las guitarras británicas que definieron la estética de Oasis. Liam mantuvo su habitual postura desafiante frente al micrófono, mientras que Noel ofreció momentos más íntimos con arreglos que recordaron su carrera solista.
El público argentino, famoso por su fervor, jugó un papel protagónico con cánticos incesantes que sorprendieron nuevamente a la banda. De hecho, Liam dedicó unas palabras al público porteño, agradeciendo la pasión y recordando que “ningún lugar canta como Buenos Aires”.
Una noche de reencuentro y legado
La actuación dejó la sensación de un reencuentro necesario, tanto para la banda como para los fanáticos. Oasis volvió a demostrar que su legado musical trasciende generaciones y que su influencia sigue vigente en la escena global del rock.
Mientras crecen los rumores sobre una posible gira mundial de reunión, Buenos Aires ya puede presumir de haber sido parte de un capítulo inolvidable en la historia del grupo. Una noche única donde el britpop volvió a sonar con la fuerza de siempre, y Oasis confirmó, una vez más, por qué es una de las bandas más queridas del planeta.