El Pais 24

Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado, la voz firme de la resistencia venezolana

La líder opositora venezolana María Corina Machado fue distinguida con el Premio Nobel de la Paz 2025, un reconocimiento que marca un hito no solo para Venezuela, sino para toda América Latina. El Comité Noruego del Nobel destacó su incansable lucha por la democracia, la libertad y los derechos políticos en un país sometido durante años a un régimen autoritario.

Machado, ingeniera industrial de formación y fundadora de la organización Súmate, se ha convertido en uno de los rostros más emblemáticos de la resistencia pacífica frente al chavismo. A lo largo de más de dos décadas, ha denunciado las violaciones a los derechos humanos, la corrupción y la falta de libertades en Venezuela, manteniendo una postura firme incluso frente a la persecución política, la censura y las amenazas constantes.

Una vida dedicada a la democracia

Nacida en Caracas en 1967, María Corina Machado se graduó en la Universidad Católica Andrés Bello y completó estudios de gestión pública en Yale. Está casada con Ricardo Vollmer, ingeniero y empresario, con quien tiene tres hijos. Aunque ha pasado gran parte de su vida en la capital venezolana, desde hace años reside en el estado de Miranda, donde alterna su labor política con su vida familiar. A pesar de la persecución y las restricciones impuestas por el régimen, Machado ha mantenido un bajo perfil en lo personal, priorizando la seguridad de su familia y mostrando siempre una imagen de integridad, disciplina y compromiso con el país.

En 2002 fundó Súmate, una organización civil que promueve la participación ciudadana y la transparencia electoral. Su trabajo fue decisivo durante el referéndum revocatorio de 2004, cuando se convirtió en una de las voces más visibles que reclamaban por comicios libres y verificables.

A partir de entonces, su nombre comenzó a ser sinónimo de valentía. Elegida diputada en 2010, fue posteriormente despojada de su investidura por el gobierno, pero continuó denunciando las irregularidades del sistema electoral y las prácticas represivas del Estado. Su liderazgo fue especialmente visible durante los años de mayor crisis humanitaria, cuando el colapso económico y la migración masiva convirtieron a Venezuela en uno de los mayores desafíos sociales de la región.

Machado también ha sido una de las impulsoras de la unidad de la oposición venezolana, un objetivo difícil de sostener en un contexto de represión y desconfianza. Su discurso, centrado en la necesidad de una transición democrática pacífica, ha inspirado tanto a jóvenes activistas como a sectores tradicionales del país que ven en ella una alternativa sólida frente al autoritarismo.

Las tres razones del Comité Nobel

En su comunicado, el Comité Noruego del Nobel explicó tres fundamentos centrales para otorgarle el premio a María Corina Machado.

Primero, resaltó que la dirigente “logró unir a la oposición de su país”, una tarea que durante años pareció imposible ante la fragmentación y el miedo. Machado promovió un frente común de partidos, organizaciones civiles y líderes regionales con un mismo propósito: recuperar la institucionalidad y devolver el poder al voto ciudadano.

Segundo, el Comité destacó que Machado “nunca se dio por vencida en su resistencia a la militarización de la sociedad venezolana”. A pesar de las detenciones arbitrarias, las restricciones políticas y las campañas de difamación, ella persistió en su defensa de los valores democráticos. Para el Nobel, su constancia simboliza el poder de la resistencia civil frente al autoritarismo.

Tercero, los miembros del jurado subrayaron su “consistencia en el apoyo a una transición democrática”. Incluso cuando fue inhabilitada como candidata presidencial antes de las elecciones de 2024, Machado continuó trabajando en favor de un proceso de cambio pacífico, promoviendo la participación electoral y la movilización ciudadana.

Un mensaje de esperanza

El Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado es más que un reconocimiento personal: representa un mensaje de esperanza para millones de venezolanos que sueñan con un futuro libre. También es un llamado de atención a la comunidad internacional sobre la importancia de sostener los valores democráticos en América Latina.

Desde Oslo, el Comité expresó que su decisión busca “honrar el coraje de quienes, sin recurrir a la violencia, luchan por la libertad política”. En ese sentido, la figura de Machado trasciende fronteras y se convierte en un símbolo global de resistencia cívica.

Su trayectoria, marcada por la perseverancia y la fe en el cambio pacífico, recuerda que la paz no es solo la ausencia de guerra, sino la presencia de justicia, instituciones sólidas y dignidad humana. En palabras de la propia Machado, pronunciadas tras conocerse el galardón: “Este premio pertenece al pueblo venezolano, que nunca ha dejado de creer en la libertad”.

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