Tel Aviv, Israel, vive este martes una jornada de protestas masivas marcada por el bloqueo de autopistas y la quema de neumáticos, en reclamo de un acuerdo de alto el fuego en Gaza que permita la liberación inmediata de los rehenes retenidos por las milicias palestinas en el enclave. Las movilizaciones, organizadas en diferentes puntos del país, reflejan el creciente malestar social ante la prolongación de la guerra y la falta de avances en las negociaciones.
Los manifestantes, en su mayoría familiares de secuestrados y colectivos pacifistas, exigen al Gobierno que dé prioridad absoluta a la liberación de los cautivos y que suspenda las operaciones militares que, denuncian, ponen en riesgo sus vidas. En varias carreteras centrales se levantaron barricadas con neumáticos en llamas, lo que paralizó el tránsito y generó escenas de tensión con las fuerzas de seguridad.
Mientras tanto, el gabinete de seguridad israelí tiene previsto reunirse en las próximas horas para discutir los planes de un inminente asalto a la Ciudad de Gaza. Según una fuente cercana a las deliberaciones, la operación militar busca presionar a Hamás en el marco de las negociaciones, aunque diversos sectores advierten que un nuevo avance bélico podría alejar aún más la posibilidad de un acuerdo.
El debate en Israel se encuentra en un punto crítico: por un lado, el Ejecutivo insiste en mantener la presión militar como estrategia para lograr concesiones; por el otro, miles de ciudadanos reclaman que la vía política y humanitaria prevalezca sobre la militar. La incertidumbre sobre el destino de los rehenes mantiene en vilo al país, mientras las protestas amenazan con intensificarse en los próximos días si no se produce un giro en las negociaciones.
