
Cigarrillos electrónicos: ¿Iguales o peores que el cigarrillo común?
En los últimos años, los cigarrillos electrónicos aromatizados, también conocidos como vapers, han ganado popularidad, especialmente entre los jóvenes. Con sabores que van desde frutas tropicales hasta dulces, estos dispositivos se presentan como una opción “más segura” frente al cigarrillo tradicional. Sin embargo, múltiples estudios y organismos de salud, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierten que los riesgos son reales y, en algunos casos, incluso comparables o superiores a los del tabaco convencional.
¿Qué es el vapeo?
El vapeo es el acto de inhalar un vapor producido por un cigarrillo electrónico o dispositivo similar. A diferencia del cigarrillo tradicional, que quema tabaco, el vaper calienta un líquido (llamado e-liquid) compuesto por nicotina, propilenglicol, glicerina vegetal y aditivos saborizantes. Al no haber combustión, muchas personas creen que es inofensivo. Sin embargo, el vapor inhalado contiene sustancias tóxicas que pueden dañar la salud.
¿Son iguales o peores que el cigarrillo común?
Los cigarrillos electrónicos no contienen alquitrán ni monóxido de carbono, dos de los elementos más dañinos del tabaco tradicional. Pero esto no los hace seguros. La nicotina, presente en la mayoría de los líquidos para vapear, genera adicción, afecta al sistema cardiovascular y al desarrollo cerebral en adolescentes.
Además, estudios han detectado sustancias cancerígenas y compuestos tóxicos como formaldehído y acetaldehído en el vapor. Algunos líquidos contienen metales pesados como plomo o níquel, provenientes del propio dispositivo.
La OMS advierte que, aunque los cigarrillos electrónicos pueden ser menos dañinos que fumar tabaco, no son seguros y su uso puede tener efectos nocivos a corto y largo plazo. También enfatiza que no se deben promover como productos «saludables» o “seguros”, sobre todo entre los jóvenes.
El impacto en los jóvenes
Uno de los mayores motivos de preocupación es el creciente uso de estos dispositivos entre adolescentes y adultos jóvenes. La apariencia moderna de los vapers, su facilidad de acceso y sus sabores atractivos los hacen especialmente populares entre los menores.
La OMS y otras entidades sanitarias han alertado sobre el peligro de iniciarse en la nicotina a través del vapeo. Esto puede llevar a una dependencia temprana y, eventualmente, al consumo de cigarrillos convencionales. Además, el desarrollo cerebral en la adolescencia es particularmente vulnerable a los efectos de la nicotina, lo que puede afectar la memoria, la concentración y el control de impulsos.
¿Qué dice la OMS?
La OMS sostiene una posición firme: los cigarrillos electrónicos no son productos inofensivos. La organización recomienda a los gobiernos regular su comercialización, especialmente los sabores que atraen a los jóvenes, prohibir su publicidad y educar a la población sobre sus riesgos.
Además, la OMS destaca que aún falta evidencia científica a largo plazo, por lo que se debe aplicar el principio de precaución. Y aunque reconoce que algunos fumadores adultos han logrado dejar el tabaco usando vapers, advierte que no deben usarse como una estrategia poblacional para reducir el tabaquismo.
31 de mayo: día mundial sin tabaco
El 31 de mayo, Día Mundial Sin Tabaco, es una fecha clave para reflexionar no solo sobre los daños del cigarrillo tradicional, sino también sobre el auge de nuevas formas de consumo de nicotina, como los cigarrillos electrónicos aromatizados. Este día, impulsado por la OMS, busca visibilizar todos los riesgos asociados al tabaco y sus derivados, incluido el vapeo, especialmente entre los jóvenes.
Lejos de ser una alternativa inofensiva, los vapers representan un nuevo desafío para la salud pública y una trampa moderna que perpetúa la adicción a la nicotina. Deben ser tratados con la misma seriedad que cualquier otro producto nocivo para la salud.