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Dormir con el celular al lado de la cabeza: un hábito cotidiano con consecuencias invisibles

Una costumbre moderna con riesgos ocultos

Cada noche, millones de personas en el mundo colocan su teléfono móvil en la mesa de luz, debajo de la almohada o directamente sobre la cama, a pocos centímetros de la cabeza. Lo que parece un gesto inofensivo, por comodidad, por costumbre o para revisar mensajes antes de dormir, puede tener efectos negativos sobre la salud física y mental a largo plazo.

Numerosos estudios han comenzado a señalar los posibles impactos del uso nocturno del celular, especialmente cuando se lo mantiene encendido cerca del cuerpo durante las horas de descanso.

Dormir con el celular al lado de la cabeza: Interferencia en la calidad del sueño

Uno de los efectos más directos de dormir con el celular cerca es la alteración de los ciclos de sueño. La luz azul que emiten las pantallas interfiere con la producción de melatonina, la hormona responsable de inducir el sueño. Incluso si no estás mirando el celular, las notificaciones luminosas, vibraciones o sonidos interrumpen el descanso, afectando la fase REM, que es fundamental para la recuperación mental y física. Dormir con el teléfono al alcance de la mano también fomenta el insomnio tecnológico: la tendencia a revisar constantemente el dispositivo durante la noche.

Exposición prolongada a radiación

Aunque los teléfonos móviles utilizan niveles bajos de radiación no ionizante (como la emitida por señales Wi-Fi y redes móviles), el contacto constante y prolongado con el cuerpo, especialmente durante el sueño, cuando estamos en reposo, ha generado preocupación en el ámbito científico. Si bien aún no hay evidencia concluyente de que esta radiación cause enfermedades graves, algunos expertos recomiendan mantener una distancia mínima del teléfono mientras dormimos, como medida de precaución frente a posibles efectos acumulativos en el sistema nervioso.

Aumento de la ansiedad y la dependencia

Tener el celular cerca de la cabeza también refuerza la dependencia emocional del dispositivo. El miedo a perder una llamada, un mensaje o una notificación durante la noche alimenta un estado de alerta permanente, incluso cuando dormimos. Esta “hiperconectividad” puede generar ansiedad, dificultar el descanso profundo y llevar a trastornos como el insomnio crónico.

Además, revisar el teléfono apenas nos despertamos, o en mitad de la noche, interrumpe el descanso y puede activar el cerebro de forma prematura.

Consejos para un descanso saludable

Para mejorar la calidad del sueño y reducir los riesgos asociados, los especialistas recomiendan establecer una “zona libre de tecnología” en el dormitorio. Idealmente, el celular debe apagarse o mantenerse en modo avión y colocarse lejos de la cama, preferentemente en otra habitación. Usar un despertador tradicional en lugar del celular también ayuda a romper la dependencia. Además, es aconsejable evitar el uso de pantallas al menos 30 minutos antes de dormir para permitir que el cuerpo se relaje naturalmente.

Dormir bien también es desconectar

El descanso es una necesidad vital y protegerlo implica tomar decisiones conscientes sobre nuestros hábitos nocturnos. Dormir con el celular al lado de la cabeza puede parecer práctico, pero sus consecuencias a largo plazo podrían afectar nuestro bienestar más de lo que imaginamos. Alejar el teléfono de la cama es un pequeño gesto que puede mejorar significativamente la calidad del sueño y, con ello, nuestra salud integral.

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