“Creen que nos comerán vivos y se van a llevar otra sorpresa”
A 24 AÑOS DE SU GOL, ELIMINANDO A ARGENTINA, ANTONIO ALZAMENDI AVISÓ
Que sea un buen presagio. El mensaje de la contestadora en el teléfono celular de Antonio Alzamendi es la narración de su gol en el triunfo 1 a 0 de Uruguay sobre Argentina en la Copa América de 1987, organizada justamente por nuestros vecinos del otro lado del río, que veían cómo se les escapaba su copa.
A pocas horas de enfrentar nuevamente y por primera vez a los albicelestes en una instancia eliminatoria de Copa América en su casa, dialogamos con el último verdugo de los argentinos en su tierra: Antonio Alzamendi. El duraznense nos manifestó que, al paso de los años, aquel recuerdo es cada vez más fuerte.
– Imposible olvidarse de aquel gol, ¿verdad?
«Imposible, claro. Me lo hacen acordar a cada rato en todos estos años que pasaron y en estos últimos días me están enloqueciendo a llamadas para hablar de aquello porque se viene otro clásico.
– Ese gol es el mensaje en tu celular, como para que nadie se olvide tampoco.
«Sí, se me ocurrió ponerlo y un día me puse a buscarlo. Lo encontré, me gustó y quedó en el teléfono».
– Hoy, 24 años después, ¿le ves alguna similitud al partido de mañana con aquel de 1987?
«La similitud es que se trata de un clásico. Es un Uruguay-Argentina que siempre despierta un interés impresionante en ambas márgenes del Plata y que además hay en juego algo importante. Al igual que en 1987 se juega el paso a otra ronda donde uno de los dos va a quedar por el camino.
En cuanto a los equipos, puede haber alguna similitud en algunas cosas. Uruguay, como siempre, tiene mucha fuerza física y anímica. El grupo está bien al igual que en aquel año. Hay gente joven rodeada de experientes como en 1987. Veo también muy parecidos a los puntos de hoy con los de la selección del ’87. Por decir algo, creo que solo falta un jugador por afuera que juegue como lo hizo Ruben Sosa en aquel momento».
– Ese parece el «problema» del entrenador, tener tantos buenos delanteros, algo que en el ’87 no era tal, quizás.
«Puede ser. A mí me encanta Luis Suárez por la fuerza que tiene y la forma en que encara. Edinson Cavani es un goleador empedernido. Nadie va a discutir a Abreu y me gusta mucho también este botija Abel Hernández, que seguro tendrá su oportunidad, pero Forlán es nuestro máximo exponente.
Diego Forlán es, hoy por hoy, el ídolo joven que tengo. Le sobra clase, se sabe mover sin pelota y hace jugar al equipo, pero lamentablemente no tiene la suerte que tuve yo de tener detrás de mí a jugadores como Gustavo Matosas, Enzo Francescoli, Ruben Sosa y Pablo Bengoechea que me hacían llegar la pelota muy limpia».
– Y como equipos, ¿cómo los ves a ambos?
«El nuestro es un equipo compacto, que mete mucho, que sabe lo que quiere y me encanta el alma que tiene. Me sentí nuevamente uruguayo con este equipo en el Mundial, porque se hablaba mucho del fútbol de la dinámica, de esto, de aquello, pero estos muchachos jugaron a lo Uruguay y lograron el éxito. Cada país tiene su esencia y no se puede cambiar y con este equipo volvimos a ser lo que fuimos siempre.
Esta Argentina no es más que aquella, creo incluso que es menos, aunque tiene a Messi. Aquel era un equipo que jugaba muy bien y en alguna cosa se puede asemejar porque, a pesar de los años, el estilo del fútbol argentino no ha cambiado mucho».
– Ellos tenían a Maradona que era el mejor del Mundo en ese momento, pero apareciste y dejaste en silencio a toda Argentina. Ahora tienen a Messi. ¿Quién pensás que puede ser el ‘Alzamendi’ mañana?
«Uhhh, seguramente aparecerán Luis Suárez y Diego Forlán. Ellos van a estar muy bien porque estos son los partidos que a los uruguayos les gustan y los que tienen clase nunca defraudan en estas.
Forlán va a aparecer, sin duda. Dicen que no la emboca, pero le pasa a todos los goleadores. El otro día hizo todo bien para anotar, pero no ligó, nada más. A veces la suerte cuenta también y no alcanza con la precisión. En el Mundial hizo un gol en carrera con pelota en el aire, que no es para cualquiera, y todo el mundo habló de ese tanto, pero es normal que un goleador erre.
Si un goleador no erra es porque no está y no la quiere. Forlán está y la quiere siempre, al igual que Suárez y Cavani.
Ahora, si me decís que erra un gol Arévalo Ríos, es hasta si se quiere normal, porque esa no es su tarea.
– ¿Qué recordás de aquella previa?
«Veníamos de un 1986 muy duro por todo lo sucedido en el Mundial y yo personalmente por haber sido excluido vaya a saber por orden de quién, pero juntamos todo eso con el Enzo, el ‘Tano’ y gracias a Díos pudimos revertir en la Copa América y si digo que después de la final de 1950 fue el otro logro importante del fútbol uruguayo, destronando a un combinado como el argentino en su propia cosa donde nunca había perdido, no me equivoco.
En los entrenamientos y en el vestuario no hubo grandes cábalas, lo que sí recuerdo fue que se habló de marcar hombre a hombre a Maradona, pero al final entre todos se decidió que no, se lo escalonó.
Me acuerdo que Diego no pudo hacer nada por el medio y se corrió para la izquierda donde lo agarró Alfonso Domínguez y se lo comió».
– El único que repite es el técnico de ellos, que jugó contra ustedes en el ’87.
«Sí, pero ahora va a estar del lado de afuera. Tiene su mérito, ya que no fácil dirigir una selección y menos una tan importante a nivel mundial como la de Argentina.
Debe estar con muchas ganas de ganar y me da la sensación de que los argentinos piensan, al igual que la otra vez, que nos van a comer vivos y se van a llevar otra sorpresa. Ojalá que sea así, porque creo que Uruguay no se merece volver tan rápido».
– Seguro hubieras querido estar mañana allá, pero la situación familiar y personal te lo impide.
«Es probable, sí, pero si no pasa nada con mamá que está internada, veré en casa lo más tranquilo que pueda. Mis hermanos están todos con ella, porque a mí los doctores me impiden moverme de casa».
El héroe del último clásico entre Argentina y Uruguay jugado en el vecino país por Copa América lo trajo a la memoria y además dejó el claro mensaje de que se puede repetir mañana.
A TODA PRENSA
Pese a estar convaleciente, Antonio Alzamendi tuvo un día muy «ajetreado» y es que la prensa no lo dejó descansar.
«Tuve un día impresionante. Casi no pude parar de hablar por teléfono. Llamaron desde todas las provincias y hasta lo hicieron desde cadenas informativas que salían en directo conmigo. Ellos recuerdan también aquel partido y por suerte uno fue parte del mismo».
“ME SALUDABAN”
Antonio también narró a Ultimas Noticias lo posterior a aquella semifinal dejando fuera al seleccionado argentino. «Siempre conté que fui el único jugador de Uruguay que se quedó en Argentina después de salir campeones y me fui solo del estadio. Salí caminando y me crucé con mucha gente argentina y me saludaban. Cuando les ganamos a ellos, incluso, salí solo por los corredores del Monumental que los conocía y muy bien por mis años en River y eran cientos los que pasaban a mi lado y hasta me pedían autógrafos. Me respetaban y yo los respetaba. Ellos sabían que yo por River había dejado todo y lo mismo hacía por mi selección, por mi país».