
Nuevo centro de detención de inmigrantes en Nebraska, EEUU
El gobernador de Nebraska, Jim Pillen, anunció un plan que ha generado debate tanto a nivel estatal como nacional: la instalación de un nuevo centro de detención de inmigrantes en la zona rural de McCook, en el suroeste del estado. La decisión se enmarca en la estrategia del Gobierno del presidente Donald Trump, que busca expandir de manera acelerada la infraestructura necesaria para sostener un aumento significativo en las deportaciones.
La iniciativa consiste en aprovechar un campo de trabajo penitenciario de mínima seguridad ya existente para transformarlo en una instalación migratoria. El complejo servirá para albergar a personas en espera de deportación y a aquellas retenidas por procedimientos migratorios diversos. El objetivo, según explicó el gobernador, es “apoyar de forma efectiva el esfuerzo nacional por asegurar las fronteras y hacer cumplir las leyes migratorias vigentes”.
Apoyo de la Guardia Nacional
En el mismo anuncio, Pillen informó que ha ordenado a la Guardia Nacional de Nebraska brindar apoyo administrativo y logístico a los agentes federales de inmigración asentados en el estado. Esta medida busca reforzar las operaciones de control migratorio en una región que, aunque alejada de la frontera sur, se ha vuelto estratégica para el traslado y retención de inmigrantes en proceso de deportación.
La decisión responde a un pedido directo de la administración Trump, que en los últimos meses ha instado a los estados a facilitar recursos y espacios para ampliar la capacidad de custodia. “Nebraska hará su parte. No podemos mirar hacia otro lado ante la crisis migratoria que atraviesa el país”, declaró el gobernador.
Un sistema bajo presión
La expansión de los centros de detención responde a una realidad contundente: el número de inmigrantes bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha alcanzado niveles no vistos desde 2019. En junio, las instalaciones, tanto nuevas como antiguas, albergaban a más de 56.000 personas.
Estas cifras son una muestra de la política de endurecimiento migratorio del presidente Ttump y las organizaciones defensoras de los derechos humanos han alertado sobre los riesgos de un sistema sobrecargado. “Ampliar la detención masiva no soluciona el problema de fondo, solo lo agrava, porque expone a miles de personas a condiciones precarias y procesos legales acelerados”, señaló en un comunicado la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Paralelismos con Florida
Nebraska no es el único estado que se ha sumado a esta estrategia. En Florida, el gobernador Ron DeSantis anunció recientemente la apertura de una segunda instalación destinada a inmigrantes indocumentados, que ya ha sido apodada “Deportation Depot”. Esta cárcel estatal, ubicada en el norte del estado, reforzará las operaciones de ICE en la región y se suma a la polémica inauguración de «Alligator Alcatraz» el mes pasado.
DeSantis ha sido uno de los aliados más visibles de Trump en materia migratoria, y su iniciativa se entiende como un modelo que otros estados podrían replicar. En ese sentido, el anuncio de Pillen parece marcar un alineamiento político y operativo con la Casa Blanca.
Impacto local en Nebraska
La elección de McCook como sede no es casual. Se trata de una zona agrícola con baja densidad poblacional, donde el impacto económico de un nuevo centro de detención podría traducirse en empleos y contratos de servicios. Sin embargo, no todos en la comunidad están convencidos. Algunos residentes temen que la instalación estigmatice a la región y genere tensiones sociales.
“Entendemos la necesidad de aplicar la ley, pero no queremos que McCook se convierta en sinónimo de encierro y deportación”, expresó un agricultor local en declaraciones a la prensa estatal.
Las autoridades, por su parte, sostienen que la operación se desarrollará con estrictos protocolos de seguridad y que los beneficios económicos para la región podrían ser significativos.
Un debate que trasciende fronteras
El anuncio en Nebraska se produce en medio de un debate nacional sobre cómo abordar la migración y qué papel deben jugar los estados alejados de la frontera sur. La administración Trump apuesta por una red descentralizada de centros de detención, capaces de absorber los flujos migratorios mientras avanzan los procedimientos judiciales.
Los críticos sostienen que esta política refuerza un enfoque punitivo y que no ofrece soluciones de fondo a las causas de la migración. Aun así, el despliegue de nuevas instalaciones avanza y parece consolidarse como un eje central de la estrategia del actual gobierno.
Por ahora, Nebraska se prepara para sumarse a esta red, con un centro que, según estimaciones preliminares, podría empezar a operar en los próximos meses. El campo penitenciario de McCook dejará de ser un espacio de mínima seguridad para internos locales y pasará a formar parte del engranaje nacional de detención migratoria, reflejando el giro más duro de la política migratoria de Trump.
Con el aumento de los arrestos y la presión sobre el sistema, todo indica que los próximos meses traerán más anuncios similares en otros estados. Nebraska es solo una pieza en un tablero mucho más amplio, donde la política migratoria vuelve a ocupar un lugar central en la agenda nacional.