Prospera en Argentina la idea sugerida en Uruguay de canjear deuda por infraestructura
UN PLANTEO SIMILAR SE PLANTEÓ EN URUGUAY CON FUNCIONARIO DEL BM
Para salir del atolladero que en el que Argentina está metido con su deuda externa, Buenos Aires propuso idea similar a una sugerida a principio de mes en Uruguay, por un alto cargo del gobierno uruguayo a un funcionario del Banco Mundial, de paso por Montevideo.
La discusión detonada entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional por el porcentaje del superávit fiscal que el gobierno Kirchner debe tener, puede ser saldada con una propuesta similar a la sugerida para repensar la deuda uruguaya por un alto cargo de nuestro gobierno.
Ahora el debate entre Buenos Aires y el FMI se resume en la forma de obtener el 3% de superávit fiscal para pagar la deuda externa de ese país. Una de las ideas que está flotando en el escenario, es la de trasladar la contabilidad del gasto en infraestructura como parte del pago del porcentaje exigido por FMI.
El asunto no está laudado, pero la iniciativa es similar a una idea manejada a comienzos de mes en Uruguay por un alto cargo de nuestro gobierno, para repensar el pago de nuestra deuda.
En oportunidad de la visita a Montevideo de Shengman Zhang, uno de los vicepresidentes del Banco Mundial, un alto funcionario del gobierno uruguayo le planteo la idea de orientar el pago de la deuda mediante un mecanismo que permitiera canjear los pagos por infraestructura.
La idea sugerida en Uruguay procuraba implementar un plan para canjear parte de la deuda nacional con los organismos multilaterales de crédito, por acuerdos de capital en negocios rentables. Si bien la idea es resistida por los funcionarios del Ministerio de Economía y Finanzas, el planteo fue formulado a Zhang durante su visita, durante una recorrido en avión del litoral uruguayo.
El jueves 4 de marzo el ministro de Transporte y Obras Públicas, Lucio Cáceres, llevó a Shengman Zhang en un avión a recorrer el litoral del país, para ver desde el aire parte de los desarrollos financiados con fondos del Banco Mundial.
En ese viaje se le propuso informalmente al funcionario la idea de plantear a los organismos multilaterales la creación de un programa para canjear toda o parte de la deuda con esas instituciones, por capital de trabajo.
«Si quiero pagar pero tengo dificultades financieras, entonces se imponen salidas con ideas como ésta del canje por capital», dijo a Ultimas Noticias una fuente que adelantó la información.
El informante explicó que si esta iniciativa prosperase, el organismo multilateral podría financiar negocios que al país le son rentables, y con los recursos que se obtengan, amortizar deuda ya generada.
No obstante ello, el planteo en Montevideo no recoge unanimidades, ya que pocos días después un alto cargo del Ministerio de Economía dijo a este diario que la idea «era imposible» y que estaba «fuera de cualquier agenda».
El informante indicó que el funcionario visitante participaba dentro del Banco Mundial de la tendencia «infraestructuralista», y ello podría hacer prosperar este tipo de ideas.
Conocida ayer la pulseada que mantiene Argentina con el FMI, funcionarios del Banco Mundial hizo saber a Buenos Aires que veía la iniciativa con simpatía.
El FMI hizo saber a Buenos Aires que exigiría a Argentina un superávit mayor al 3%.
El foco de tensión surgió cuando la titular del FMI, Anne Krueger, demandó al gobierno Kirchner un aumento del superávit fiscal para el 2005, con el fin de poder pagar la deuda, a lo cual Kirchner respondió que su gobierno no tocará el porcentaje.
Esa postura se conoció ayer de boca del ministro de Interior argentino, Aníbal Fernández., quien ratificó la decisión del gobierno de fijar un superávit fiscal en el 3% para 2005, de manera de «no afectar el crecimiento de la economía».
«El presidente (Néstor) Kirchner ha dicho que él espera que en 2005 se mantenga el 3% de superávit fiscal primario», destacó el ministro.
La directora gerente del Fondo sostuvo en una entrevista concedida a un diario argentino, que Argentina debe avanzar rápidamente en la negociación con los acreedores privados para lo que deberá tener un superávit fiscal mayor -al 3% fijado- para aumentar el pago de la deuda.
Según Krueger, en la carta de intención firmada entre el organismo y el gobierno argentino, se establece que el 3% del superávit fiscal que es el ahorro del Estado que se destina a pagar la deuda, no es un techo sino un piso.
La directora gerente interina del FMI consideró que «un incremento del superávit primario ayudará al crecimiento».
Y agregó que «el crecimiento económico argentino es un rebote del punto más bajo de la crisis. Nadie sabe cuánto más puede continuar sin que los problemas estructurales sean encarados. Yo no lo sé y el gobierno argentino no lo sabe. Pero en el futuro próximo van a necesitar nuevas inversiones, van a necesitar acceso a los mercados internacionales; es decir, tienen que arreglar el problema (de la deuda)».
Krueger sentenció que «lo más importante para el crecimiento es tener las cuentas fiscales en orden».
Más inversión y más financiamiento fueron los puntos claves que planteó Krueger para que se produzca un crecimiento que cree empleos y favorezca a los pobres.
«Por el momento, puede haber más empleos porque se está utilizando capacidad que ya existía, pero muy pronto se necesitará más capacidad y para tener más capacidad se necesita más inversión y más financiamiento, y para tener más financiamiento se necesita que se arreglen los problemas», sentenció.