Hijo de ganadero secuestrado por el MLN elogia a Mujica
REPORTAJE A CARLOS FRICK DAVIES
Tenía 26 años cuando su padre fue secuestrado por el MLN. En esa época adhirió al PDC y en las elecciones de 1971, mientras su padre estaba en la denominada Cárcel del Pueblo de los tupamaros, Carlos Frick junior votó al Frente Amplio. Después se fue a estudiar a EE.UU., regresó y los militares le dieron la calificación C: no pudo trabajar. Desde 1998 está en el país. No vota, pero dice coincidir con lo que expresa José Mujica. En cuanto a quién lo representa en sus valores, Carlos Frick no duda: Pedro Bordaberry.
Se declara un nómade. Este ingeniero agrónomo de 64 años, se recibió en Uruguay, luego estudió en Estados Unidos, trabajó en Venezuela y Argentina. Hace 10 años regresó al país. Se asume como un “gaucho gringo”, que apela a la conocida frase de la patria vieja “cielo abierto y carne gorda” para definir su mentalidad. Hoy no tiene tierras propias, pero arrienda muchas hectáreas en diversos departamentos. Dice haber sido el primero que introdujo la lógica de la agricultura intensiva con inversores argentinos. Con un 1.90 m. de estatura, Carlos Frick llega a la entrevista el pasado 24 de diciembre a las 8 y 12 minutos. Trae termo, mate de guampa con yerba correntina, lentes montados en el aire y un juvenil morral. Es uno de los cinco hijos que tuvo Carlos Frick Davies, ex ministro de Ganadería de Jorge Pacheco Areco en 1971. Abogado y hacendado, Frick Davies fue secuestrado por el MLN Tupamaros el 14 de mayo de 1971 y fue liberado por las Fuerzas Conjuntas el 27 de mayo de 1972, a partir de la delación del dirigente tupamaro Héctor Amodio Pérez. Frick Davies estuvo secuestrado poco más de un año en un sótano de una vivienda de Juan Paullier 1192. Su hijo cuenta hoy que de lo poco que habló con su padre tras su liberación, supo que un tupamaro hablaba mucho del campo e intercambiaban ideas en el sótano. Carlos Frick junior sospecha que pudo haber sido Mujica aquel encapuchado que hablaba con su padre, que en 1960 había escrito un libro, “El ejemplo de Nueva Zelanda”, precisamente un país que hoy es modelo de agricultura, tambo y reforma del Estado para el electo presidente que asume en marzo. El hijo de aquel secuestrado no duda en decir que comparte “todo” lo que dice hoy Mujica pero se siente representado por Pedro Bordaberry. Por haber estado muchos años en Argentina, no vota en Uruguay. Pero en 1971 –cuando su padre estaba secuestrado- votó al Frente Amplio. Habla de “aparentes contradicciones” para explicar mucho de lo que afirma. Recuerda que su madre aceptó que votara al FA, pero le puso como condición que no pusiera una bandera del Frente Amplio. Y aceptó el pedido.
Hoy Carlos Frick junior explica algunas de sus conductas y comportamientos por sus genes: nieto de una polaca, nieto a su vez de un cosaco que peleó contra el zar de Rusia e hijo de un descendiente de alemán. Todos, de alguna manera, perseguidos.
Treinta y ocho años después del secuestro de su padre, no expresa señales de rencor hacia el MLN. Respeta mucho a Jorge Pacheco Areco -“un hombre de principios”, dice. Y recuerda que hace pocos años confirmó que “Pacheco Areco le pegó una piña a Peirano Facio en un Consejo de Ministros porque en su ausencia Peirano había aprobado un decreto que lo favorecía comercialmente”. “Lo enterró debajo de la mesa del gabinete”, cuenta. En 1967 fallece Gestido y asume Pacheco Areco. En mayo del 68 hay un fuerte cambio en el gabinete. Salen algunos políticos y entran algunos técnicos. Ahí aparece su padre, en Ganadería y Agricultura. Pero los que ingresan pertenecen a sectores fuertes de la economía. Peirano Facio y su padre, por ejemplo.
-Su padre se va del gobierno en 1969, en febrero, porque no estaba de acuerdo con el aumento de frigoríficos parta abastecer Montevideo.
-Sí, se pelea con Peirano. El tema inicial fue con los cueros. Estaba muy metido con la industria de los cueros y tenía sus intereses metidos allí, por encima de los del país.
-¿Por qué lo dice?
-Bueno…le cuento que Pacheco lo acostó de una piña a Peirano debajo de la mesa del gabinete. Pacheco era un tipo de principios. Esto lo confirmé hace pocos años con mi hermana que vive en Estados Unidos. Peirano había aprovechado un viaje de Pacheco al exterior para sacarse un decreto que lo favorecía comercialmente. Se trata de la industria automotriz con la que Peirano estaba vinculado.
-¿Cómo fueron aquellos días del secuestro de su padre?
-Pensábamos que los tupas iban a ganar el poder. Yo estaba seguro y mamá también. Mamá decía: “Los tupas van a ganar el poder y nos van a sacar la estancia. No vamos a tener adónde ir”. Mamá nos dice que cuando liberaran a papá debíamos irnos a Estados Unidos a lo de mi hermana. Y que para eso había que tener plata para comprar una casa allá. Entonces yo empiezo a pensar: vendo las vacas y las ovejas y compro la casa. Papá tenía alguna plata en el banco pero no alcanzaba para nada. Estaba la estancia en una sociedad y mamá tenía el poder. Entonces digo: vamos a vender algo de eso. Vendí 400 hectáreas y se quedaron con mil. Papá lo sufrió mucho. Yo pensé que era lo menos peor, pero no fue así. Papá me decía que había vendido la mejor parte. Creo que fue lo que más le afectó. Porque él se sentaba de tardecita a mirar lo que ya no era de él. Creo que eso le caía muy mal.
-¿Qué pasó luego?
-Bueno, los tupas no tomaron el poder. Siguió trabajando algunos años. Se jubiló y se fue para el campo. Pero no lo soportó porque no era un hombre de campo. Y murió en 1985.
-¿Y con usted que pasó?
-Me fui del país en 1974. Me fui a estudiar a Estados Unidos. Después volví y estuve un año. Me pusieron una mala calificación democrática y me fui de vuelta.
-¿Por qué la mala calificación?
-Porque tenía militancia política en la Universidad.
-¿Tenía muchos amigos tupas?
-Sí. Yo fui a conversar con el inspector Castiglioni para preguntarle por el tema de la calificación. Y me dijo: “Nosotros no queremos que determinada gente tenga cargos de relevancia”. Era la época de las elecciones en la Universidad y “usted -me dijo Castiglioni- estaba en la que no nos gusta”.
-En 1974 se fue a Estados Unidos. Volvió. ¿Cómo sigue su historia?
Bueno, volví. Yo trabaja en el Plan Agropecuario, pero no podía hablar en público. Yo era el presidente de los grupos Crea y fui a dar una charla y me lo impidieron. Castiglioni me lo impidió. Yo le dije que había estado en Estados Unidos estudiando con una beca Fulbright. Y ahí dije nos vamos. Me fui a Venezuela a una compañía americana que yo había contactado antes. Me fui en 1977 a Venezuela. Estuve tres años. Llegué a la Argentina en 1980. Pero estaba en Montevideo también. Iba y venía.
-Usted en el 71 ya había votado. ¿A quién votó?
-Voté al Frente. Me acuerdo que mamá lo único que me pidió fue que no pusiera una bandera del Frente en mi cuarto. “Hacé lo que quieras pero no pongas una bandera”, me dijo. Y no la puse. Mi hermana Olga y yo votamos al Frente. Lucía, la más chica, votaba a Wilson. Mamá se había pasado a los colorados. Era blanca. Votó a Jorge. Mi otra hermana votaba a los blancos. Lucía, mi hermana, puso una bandera de Wilson.
-Y su padre estaba secuestrado.
-Sí, estaba guardado.
-¿Y cómo se entiende eso?
-No había mucha relación entre la guerrilla y el Frente. Todavía no. Además una cosa es lo emocional y otra cosa es lo otro. Por otro, yo estaba acostumbrado a determinadas cosas. A mi abuela la echaron de la casa en Polonia porque peleaba contra la ocupación rusa. Se casó con un ruso condenado a muerte por el zar, después de ser cosaco y escolta del zar.
-Admiraba usted al perseguido, como descendiente.
-A la gente jugada. Gente que podía separar las cosas: sos mi hermano pero pensamos distinto. Ya lo dije. Lucía, la más chica, era fanática de Wilson. Olga, la mayor, era socialista brava, dura. Yo era del PDC. Yo soy católico. Con una formación cristiana medio me cerraba…Nunca lo entendí al marxismo más allá del método de análisis, más allá del diagnóstico. Estaba de acuerdo con el diagnóstico marxista, usémoslo, pero no la terapéutica. Cuando se juntó con el PDC me cerró. Me acuerdo que papá me decía: “Estás equivocado. Esto va a caer en manos del Partido Comunista. Los únicos que pueden organizar y manejar un partido es el Partido Comunista. Ustedes son unos chorlitos”. “Son unos ingenuos los del PDC”, decía.
-Lo decía antes del secuestro.
-Sí, antes.
-¿Le quedó a su padre rencor contra sus captores?
Yo que sé…esas cosas…
-Como buen alemán no lo conversó.
-No, no… esas cosas…
-Antes de la entrevista, me dijo que Pedro Bordaberry representa sus valores humanos.
-Sí, los valores humanos. Por lo menos los puede decir. En el caso de Mujica…yo no me siento identificado con un tipo que no tiene respeto por sí mismo, que no tiene respeto por donde vive, que no respeta la estética del ambiente. A mí no me gusta ser representado por eso. Sin embargo, estoy totalmente de acuerdo en todo lo que dice. Es el único que les puede decir a los empleados públicos lo que dice. Y con Pedro siento esas cosas que me hacen más afín. Eso no quiere decir que si hubiera votado lo votara a Pedro. Era tirar un voto.
-Una opción y la otra Lacalle. ¿A quién hubiera votado?
-Y…mirá…si me hubieran dicho “Mirá Carlos tu voto es decisivo”, yo hubiera votado a Mujica. Es que el puede gobernar el país. El que tiene un poco para arriba es Pedro, del punto de vista humano.
LA TIERRA DEBERÍA PERTENECER AL ESTADO
Frick Davies coincide con el presidente electo, José Mujica, en cuanto a que la propiedad de la tierra debería estar en manos del Estado. Asimismo, tiene una opinión crítica de la producción en el país.
-¿Si usted pasa una raya, qué balance hace de este gobierno que se termina?
-Tabaré Vázquez es un tipo que da orgullo cuando estoy afuera. Quizás porque tengo mi corazón en los Salesianos, en donde él se formó.
-¿Qué expectativas tenía al inicio de este gobierno?
-Yo pensé que iba a hacer un desastre…un gobierno inoperante, tipo Intendencia de Montevideo. Vázquez y Astori, tipos…bien. El Ministerio de Agricultura creo que no hizo casi nada, pero tampoco hicieron grandes macanas. Algunas ideas buenas tienen. No creo que puedan hacer mucho más. Este Tabaré Aguerre sí. Este va a ser de los tipos como Wilson, mi viejo y Álvaro Ramos –que fue ministro de Lacalle- que van a dejar obra. Me parece. A Aguerre lo conozco de Argentina. En Corrientes trabajé mucho vinculado al arroz. En el mundo arrocero todos nos conocemos y Tabaré es un tipo destacado. Es un tipo que hace arroz ecológico, que rinde la mitad. El arroz tiene 5.000 kilos de costo sobre 10 mil. Es el arroz común. Pero el ecológico tiene 4.000 kilos de costo y produce 5.000. No se usan agroquímicos. Un tipo que puede susbsistir con ese nivel de riesgo, es bueno. Para subsistir tiene que vender. Tiene que saber de marketing, de comercio. Tabaré sabe producir y sabe a quien vender. Un tipo destacado, sí.
-Va a tener apoyo del campo.
-Sí…Acá la gente es muy jodida. Los gremios de patrones no se juegan…Los arroceros son un poco distintos.
-¿Usted trabajaría para este gobierno de Mujica?
-Sí, trabajaría sí, sí…Este…no tendría ningún problema. Volviendo a Aguerre fue una gran elección. Poner ahí a un tipo destacado… Mujica…creo que por lo menos sabe a quién escuchar. Gaggero, por ejemplo, es un inoperante. Un tipo que no aporta ni ideas ni acción, ni nada. Nada.
-¿Esa es su opinión sobre el Instituto de Colonización?
-Es un desastre. Hay que ponerle una bomba, No sé. Según Roberto Vázquez Platero, hay una logia masónica que está instalada allí. Es inamovible. Se ponen espalda contra espalda. Hace 30 años me lo dijo Roberto. Trabajamos juntos en Argentina y habíamos sido compañeros de clase, muy distantes ideológicamente, pero amigos. Pero Colonización es un desastre.
-¿Por qué?
-El campo tiene un valor adicional a su rentabilidad. Un campo puede valer productivamente, 4.000 dólares. Pero vale 7.000. Hay otro efecto, que no es económico. Se está obligando al país a que compre un campo de 7.000 dólares que es impagable desde el punto de vista productivo. Y luego, lo más absurdo, que se lo venden a los colonos. Es absurdo. Hay que obligar al dueño a arrendar. Por ejemplo, Correa (brasileño, del frigorífico PUL). Tiene 100.000 hectáreas. Hay que obligarlo a arrendar una parte.
LAS TIERRAS DEL ESTADO
– El electo presidente ha dicho que las tierras deben ser del Estado y que las tiene que arrendar. ¿Usted qué dice?
-Yo estoy de acuerdo. Pero el primero que hizo eso fue Estados Unidos. En gran parte de Estados Unidos y en Australia se hizo eso. La mayoría del territorio americano es fiscal y lo da en arriendo. Hay trampa también: la mayoría del territorio norteamericano es desierto, como en Australia. Tiene una muy baja productividad. Teddy Roosevelt fue el cerebro. Uno de los primeros ecologistas. Se dieron cuenta que para preservar las grandes extensiones en Estados Unidos, tenían que ser del Estado. Porque si no la destrozaban. Allí las compañías privadas hicieron estragos. En Estados Unidos se creó la oficina de manejo de campos. Las controla el Estado y le dicen al ganadero cuántas vacas caben. No hay mal uso.
-En Uruguay –que no hay zonas desérticas- ¿igual la tierra tiene que ser del Estado?
-Para cuidarla. Pero además porque es absurdo poner una enorme cantidad de plata para poder trabajar. Yo trabajo en el campo y arriendo. No tengo nada; no tengo tierra, no tengo nada. El ser arrendatario te da otra cosa. Mi abuelo Frick era arrendatario. La propiedad o la libre empresa te estimula. Eso te estimula, pero también te frena. Además eso de la territorialidad te exige estar toda una vida para tener un campo. Tengo un amigo que ahora tiene 500 hectáreas y empezó con 50. Le llevó toda la vida llegar a 500 hectáreas.