
Israel ante una decisión crucial: Trump propone alto el fuego de 60 días en Gaza
La situación en Israel atraviesa un momento decisivo. El presidente estadounidense Donald Trump, en una jugada inesperada y de alto impacto diplomático, ha propuesto un alto el fuego de 60 días en Gaza, buscando frenar un conflicto que ya ha dejado más de 56.000 palestinos muertos y mantiene en tensión a toda la región. Israel aún no ha dado una respuesta oficial, mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu se prepara para reunirse con Trump el próximo lunes en una cumbre que podría cambiar el curso de la guerra.
Una propuesta de tregua en un conflicto prolongado
El conflicto entre Israel y las fuerzas de Hamas en Gaza se ha prolongado por más de 20 meses. Lo que comenzó como una escalada tras ataques terroristas ha derivado en una guerra urbana de gran intensidad, con ofensivas aéreas, incursiones terrestres y una creciente presión internacional por la magnitud de la tragedia humanitaria en el enclave palestino.
Ante este panorama, Trump, que busca reforzar su imagen como negociador internacional, ha impulsado una propuesta concreta: un alto el fuego temporal de 60 días, con el objetivo de abrir una vía diplomática que permita no sólo cesar las hostilidades, sino también sentar las bases para un acuerdo más amplio entre las partes.
Según fuentes cercanas a las conversaciones, la administración israelí todavía no ha decidido cómo proceder. El gabinete de seguridad está dividido y se debate intensamente entre aceptar la pausa propuesta o continuar con una ofensiva militar más intensa que ponga fin definitivo a la capacidad operativa de Hamas.
Netanyahu, entre la presión internacional y los desafíos internos
La postura del primer ministro Benjamín Netanyahu será clave en los próximos días. Por un lado, enfrenta una fuerte presión internacional, incluso de aliados históricos como Estados Unidos, para reducir la intensidad de los ataques y evitar nuevas tragedias civiles. Por otro lado, dentro de Israel, sectores de su coalición de gobierno y parte de la sociedad exigen una victoria militar completa y consideran que cualquier pausa puede dar oxígeno a Hamas.
Netanyahu ha evitado pronunciarse públicamente sobre la propuesta de Trump, aunque ha dejado entrever que su decisión dependerá del equilibrio entre las necesidades de seguridad nacional y el respaldo de sus aliados internacionales. La reunión del lunes con Trump será decisiva para conocer su postura.
Las fuerzas armadas israelíes aconsejan un giro diplomático
En una señal significativa, altos mandos de las fuerzas de defensa de Israel han recomendado esta semana explorar una salida diplomática. La evaluación interna sostiene que los principales líderes de Hamas ya han sido eliminados y que continuar con bombardeos masivos podría tener efectos negativos, tanto por la pérdida de apoyo internacional como por el creciente número de víctimas civiles.
Esta sugerencia marca un giro en la estrategia militar israelí y refleja el agotamiento tras casi dos años de combate constante. Algunos analistas consideran que aceptar el alto el fuego de 60 días permitiría a Israel reposicionar sus fuerzas, ganar legitimidad internacional y negociar desde una posición de fuerza.
Gaza devastada y en crisis humanitaria
Mientras tanto, la situación en Gaza es crítica. Más de 56.000 palestinos han muerto, según cifras de organizaciones humanitarias y la infraestructura del enclave está colapsada. Hospitales, escuelas y viviendas han sido arrasados por los bombardeos y la población civil sufre escasez de agua, electricidad y alimentos. La ayuda internacional intenta ingresar, pero los bloqueos y la inseguridad lo dificultan.
Un alto el fuego sería, en este sentido, una oportunidad para facilitar corredores humanitarios, evacuar heridos y reactivar los servicios básicos más urgentes. Sin embargo, los temores a que Hamas utilice este período para rearmarse son una de las razones que frenan la aceptación del acuerdo por parte del gobierno israelí.
¿Una oportunidad para la paz?
La iniciativa de Trump abre una ventana de oportunidad en un conflicto que parecía condenado a la prolongación y el desgaste. La aceptación o rechazo por parte de Israel marcará un punto de inflexión no sólo en la estrategia militar, sino en el escenario político regional.
Para Netanyahu, se trata de una decisión compleja: aceptar el alto el fuego podría mostrar apertura al diálogo y al alivio humanitario, pero también podría ser visto como una concesión por sus críticos internos. Rechazarlo implicaría intensificar un conflicto ya devastador, con consecuencias aún inciertas.
En los próximos días, los ojos del mundo estarán puestos en la reunión entre Trump y Netanyahu. La paz, aunque temporal, podría estar más cerca que nunca. O, por el contrario, la guerra podría escalar a una nueva y peligrosa etapa.