Líos, horrores y crisis de los últimos años
AUF REINO DEL CAOS
Los hombres pasan y el relajo queda. Con Figueredo, con Corbo o con Rivero; antes de Navascués y desde que está Navascués; cuando los “vivos” eran los delegados de Nacional; cuando los delegados de Peñarol quieren hacerse los “vivos”.
La AUF es un hervidero permanente donde reina el caos, con reglamentos abiertos a dobles interpretaciones, con tribunales de todo tipo integrados por neutrales que no son neutrales, con reclamos permanentes, apelaciones, recusaciones, impugnaciones.
Uruguay: el fútbol donde los desequilibrantes no son los goleadores sino los de saco y corbata. ¿Un ejemplo bien actual? Lo que no pudieron hacer Bueno y Franco intentan hacerlo Barrera y Welker: los “goles” que clasifiquen a Peñarol a la Liguilla.
Pero el caos de la AUF no empezó con este lío, ni terminará cuando se resuelva este reclamo. ¿O se olvidan del “caso Abreu”, de aquellos puntos de Peñarol-Juventud que desaparecieron, de Nacional-Villa Española, de la suspensión del campeonato a fin de año, de la crisis al iniciarse este torneo cuando los reclamos de Vera y “Polillita” da Silva, de la diferencia de goles aún no definida de River Plate, del coeficiente de Cerro Largo?
Son tantos los entreveros que se necesitaría un libro de 600 páginas para poder contarlos todos.
Pero al menos en este informe repasemos las crisis más importantes que vivió la AUF en los últimos años.
VERA Y “POLILLITA”
Este Clausura terminó con los reclamos aún pendientes de Peñarol ara jugar la Liguilla, de River para le concedan un resultado favorable de 2-0 en el partido que perdió 1-2 ante Rampla pero que luego ganó los puntos en la AUF. Y este Clausura había comenzado en forma irregular, a tal punto que tras dos fechas hubo un paro de la Mutual. Es que los dos grandes empezaron a jugar sin haber cancelado deudas con sus ex jugadores “Polillita” da Silva y Darío Vera. Los abogados rentados de la AUF, Piedracueva (Peñarol) y Navascués (Nacional), hicieron un informe defendiendo que Nacional y Peñarol jugaron en forma reglamentaria las dos primeras fechas, pero el abogado de la Mutual, Dr. Liotti dijo que estos clubes debieron pagar las deudas establecidas por el Tribunal Arbitral. El mayor inconveniente radicaba en el reclamo de Vera, que según la Mutual debía cobrar 1.200.000 pesos y según Peñarol eran sólo 75.000, pues el fallo del tribunal generaba dos interpretaciones. Finalmente, Vera terminó cobrando lo que pretendía, 1.200.000 pesos, pero la fórmula de arreglo fue poco común. Por un lado, Peñarol pagó 300.000 pesos y de la diferencia se hizo cargo el empresario Gerardo Arias. La institución fuecondenada a pagar $ 1,2 millón por el Tribunal Arbitral de la AUF, aunque el fallo nunca se laudó porque el Consejo Ejecutivo no estaba de acuerdo con el mecanismo utilizado por el presidente del mismo, Santiago Carnelli, pues entendió que excedió sus facultades al imponer un criterio propio cuando debía desempatar un 3-3 ante el reclamo de Vera de $ 75.000.
AFUERA VILLA ESPAÑOLA
Por esos mismos días había otro escándalo en la AUF. Villa Española, que había quedado fuera del torneo por no pagar deudas en tiempo, pretendió recibir el mismo trato que los grandes, a quienes se les permitió jugar sin haber cancelado sus adeudos con esos futbolistas. Pero no tuvo suerte. Alí Pizzi, presidente de Villa Española, concurrió a la AUF a anunciarle al Ejecutivo que, tras hipotecar un apartamento consiguió el dinero, pero se le anunció que no se le permitiría jugar. Entonces, Pizzi decidió no cancelar las deudas y evaluó la entablar demanda judicial a la AUF por entender que no tuvo el mismo trato que Nacional y Peñarol. “Siguen mandando los poderosos”, dijo.
SUPERPODERES Y RENUNCIA
Pocos días después de los líos con Vera, Da Silva y Villa Española, el Dr. Corbo perdió el apoyo de los clubes chicos, y terminó renunciando sin llegar a completar los 60 días de superpoderes que le habían conferido. Los clubes chicos le quitaron el respaldo por estas razones que explica Arturo del Campo, presidente de Danubio: 1) Porque fue permeable a las presiones de Peñarol y Nacional: “Hemos sabido de esas presiones (de los clubes grandes al Ejecutivo) y los poderes estaban justamente para evitar las presiones y eso no fue evitado”. 2) Porque sacó al Dr. Goicochea del Tribunal de Penas: “Querían sacarlo (los grandes) pero sabían que no contaban con el voto de los clubes… aprovechar que le damos superpoderes para darles la espalda a todos los clubes menores nos dejó muy enojados”. 3) Porque modificó el artículo 23 (como querían los grandes) para evitar sanciones duras de pérdida de puntos por casos de violencia: “La modificación de ese artículo está de espaldas a lo que la mayoría de los clubes quieren”. 4) Porque puso a Piedracueva junto a Navascués: “Si Navascués es una persona honesta, no hay necesidad de meter a otra persona de Peñarol. Si pensamos que es neutral no tenemos que ponerle un contrapeso”.
NACIONAL-VILLA ESPAÑOLA
El año 2008 parecía ser el peor de la historia, pero este 2009 le está ganando. El 31 de agosto, hace ya 10 meses, comenzaba una de las crisis que quedará en la peor historia: la de Nacional-Villa Española. Ese día, Prudente suspendió el partido por el ingreso tardío de los tricolores; al día siguiente sale un fallo del Tribunal de Penas dando ganador al Villa; el 8 de setiembre Nacional presenta un alegato y empieza a pelear por esos puntos; el 25/9 el Tribunal de Apelaciones le da la razón a los tricolores y afirma que el caso no le corresponde a Penas sino a la Mesa Ejecutiva y deja entrever que el partido debe jugarse; el 25 de octubre el Tribunal de Contiendas, al que habían derivado el tema los neutrales, trasciende que se adoptó la decisión de que el partido se juegue. Al otro día, Peñarol pide la renuncia del Ejecutivo. Finalmente el partido se jugó, lo ganó Nacional, y esos puntos fueron decisivos para lograr el título pues llegó a jugar una final contra Danubio.
SUSPENSIÓN POR JARDINES
Nacional-Danubio no sólo protagonizaron la final de un tormentoso campeonato. Durante el mismo, al enfrentarse en Jardines se generó una batalla campal entre los hinchas, que generó la decisión del Ejecutivo de la AUF de suspender el torneo. Comenzaron allí las reuniones con el Ministerio del Interior y se llegó a un acuerdo, el 3 de diciembre, cuando se firmó el Protocolo, un convenio en el que la AUF le permitía a la Policía decidir sobre la fijación de canchas. Entonces retornó el fútbol, pero por apenas quince días, ya que al fijarse la última fecha, la Jefatura vetó Jardines para Danubio-Peñarol. Durante todo un día hubo reuniones y conversaciones, propuestas de todo tipo, y al haber arreglo se paró el campeonato otra vez. Se reinició recién en febrero jugándose la inconclusa última fecha, con otros planteles.
EL CASO ABREU
El “Caso Abreu” fue de los que mayor descrédito provocó a la AUF en los últimos años. El goleador tricolor quedó habilitado para jugar y así lo hizo en las fechas 6ª, 7ª y 8ª del Apertura, pero un reclamo de Peñarol logró que se lo inhabilitara. Abreu no pudo jugar en la 9ª y 10ª fecha mientras llevaba adelante un reclamo ante la Justicia Laboral pues se le impedía el derecho a trabajar. Una jueza le dio la razón y la AUF tuvo que volver a habilitarlo. Entonces el “Loco” jugó las fechas 11ª, 12ª, 13ª y 14ª (la del clásico) tras la cual volvió a ser inhabilitado por la Asociación, quedando impedido de jugar en las últimas tres fechas. En síntesis, en un mismo campeonato el mismo jugador estuvo inhabilitado, habilitado, inhabilitado, habilitado y finalmente inhabilitado.
LOS PUNTOS DE JUVENTUD
Los tres puntos que Juventud le ganó a Peñarol en el Clausura 2001, los perdería luego en la AUF por inhabilitación de un futbolista. La historia de aquellos tres puntos “desaparecidos” es recordada como una de las mayores barrabasadas en la historia del fútbol uruguayo, porque nadie los ganó. El Dr. Navascués, meticuloso y detallista, encontró la frase clave en el reglamento para que el club reclamante (Peñarol) no se quedara con los puntos que había perdido ante un rival que utilizó un jugador inhabilitado. Navascués halló que el reglamento expresaba que el club en infracción perdía los puntos ganados, pero no se especificaba que los mismos los ganara el club rival.
LA TABLA ANUAL 1997
La reglamentación de 1997 preveía finales entre los campeones de Apertura y Clausura, pero si un tercer equipo tenía mayor puntaje anual también accedía a la definición. La frase “mayor puntaje” fue clave, pues se libró una guerra en la AUF, en la que, como tantas veces, se habló de “dos bibliotecas”. Nacional interpretaba “mayor puntaje” a tener más puntos, y no a tener el mismo puntaje pero mejor diferencia de goles, posición esta última que defendía a Peñarol. El asunto era que si Defensor o River ganaban en la última fecha, por más que Peñarol también ganara, sólo podría igualar el puntaje en la anual pero no superarlo. Por eso Nacional se aferraba a la frase “mayor puntaje”, porque Peñarol no podría tenerlo. Por eso Peñarol defendía la postura de la diferencia de goles, que era su única chance de ganar la anual. Tras agresivas sesiones, una noche se resolvió darle razón a Peñarol, propiciando una frase que Ceferino Rodríguez dejaría para la historia: “Me acosté siendo finalista y me levanté siendo semifinalista”. Es que Nacional, campeón del Apertura, tenía su lugar asegurado en las finales, contra Defensor, que iba a ganar el Clausura, y en la anual terminaría con el mismo puntaje que Peñarol. Pero terminó jugando una semi con el aurinegro a ver quién iba a las finales con los violetas.
2001: Sorteo terminó a las piñas
Por sorteo se definió el 10º cupo para jugar Apertura y Clausura en la temporada 2001. En el 2º puesto de una serie del Clasificatorio Defensor y Central quedaron igualados en puntos, diferencia de goles, goles a favor y resultado entre sí, entonces debían decidir por sorteo. Los violetas ya habían clasificado a través de la tabla global. Central sólo podría hacerlo a través de la serie. Si ganaba ese sorteo clasificaba, y si lo perdía, el que entraba era Wanderers, a través de la tabla global. Un entrevero digno de la AUF. Y terminó como tenía que terminar, con dirigentes de Wanderers y Central a las piñas en la AUF cuando la bolilla favoreció a los bohemios y éstos se excedieron en el festejo.
En 2004, la “ventaja deportiva”: Navascués y las finales con Danubio
Danubio podía darse el lujo de perder las dos finales contra Nacional, que igual tenía derecho a una tercera, aunque ya sin ventaja. El reglamento era clarísimo, pero aún así el inefable Dr. Navascués reclamó que Danubio podría gozar de la ventaja deportiva solamente si además de la tabla acumulada también ganaba uno de los dos torneos (Apertura o Clausura). Entonces, cuando los franjeados quedaron a un paso de ganar también el Clausura, Nacional sacó otro conejo de la galera: Danubio podía tener ventaja pero con límites. Navascués interpretaba que en un párrafo del reglamento, donde expresaba que el campeón de la anual gozaría del “privilegio del empate” en el puntaje de las finales, no significaba que gozara del “privilegio de la derrota”. El “privilegio del empate” era que si empataban los dos encuentros o ganaban uno cada uno, Danubio era campeón. Navascués libraba su batalla para que, en caso que Nacional ganara los dos juegos, o ganara uno y empataran el otro, se le adjudicara el título a los tricolores sin tener que disputar una tercera final. Esta batalla también la ganó Danubio, pero faltaba la última. Concluida la primera final en el Centenario, Nacional intentó evitar que la revancha se jugara en Jardines. Se llegó a decir que Belvedere sería el escenario, que debía jugarse en cancha neutral los dos encuentros, y que el Centenario era “cancha AUF”, cuando dos meses antes los mismos tricolores protestaban porque a Wanderers le fijaron el Centenario para oficiar de local ante Peñarol, argumentando que el Centenario no era “cancha AUF”. Pero para las finales sí lo era. Una contradicción que sólo se permite en este fútbol. Danubio amenazó con no presentarse, pero finalmente se fijó Jardines y allí fue campeón. Fue otra final cargada de polémicas. Pero no fue la última.
Medio año después el escándalo fue tan grande que ni finales hubo. Fue cuando Defensor no se presentó, por el recordado arbitraje escandaloso de Gustavo Méndez en Nacional-Rocha, pitando un penal inexistente para los tricolores en el minuto 51 del segundo tiempo. Si no lo hubiera pitado, el campeón hubiese sido Defensor.
2006: Por gran error de cálculo casi baja Bella Vista
En el verano uruguayo de 2006 sorprendía una noticia que llegaba desde México: los dirigentes aztecas habían calculado mal el coeficiente por el que multiplicaría sus puntos el club Dorados (donde jugaba Abreu) para la tabla del descenso.
Recién se percataron del error cuando terminado la temporada y Dorados había descendido.
En ese momento, en Uruguay nos jactamos de ser desprolijos pero no tanto como los mexicanos. Sin embargo, pocos meses después aquí ocurría exactamente lo mismo. Bella Vista debía multiplicar por 3,125 pero en el reglamento se estampó que era sólo por 3,12.
Si el papal hubiera perdido en la última fecha, con el coeficiente 3,12 descendía porque quedaba con 49,92 contra 50 de Dep. Colonia, pero con el 3,125 le daba justito para llegar a 50,00 y forzar un desempate. Por suerte ganó y se evitó lo que hubiera sido un descenso matemáticamente injusto. ¿Cómo explicamos que un equipo tenía 50 puntos pero en la tabla figuró con 49,92 y por esas 8 décimas descendió? Y…lo explicamos de la misma forma que en 1986 un equipo (Peñarol) sumó 34 puntos y fue campeón del Uruguayo, pese a que otro (Nacional) había sumado 35. Explicarlo es fácil; entenderlo es lo difícil.
2006: Bajan y suben en pleno torneo
Con Daniel Pastorini como mentor, el Ejecutivo que presidió Figueredo decidió que en Uruguay se jugara la temporada en similar período al de Europa y Argentina, de agosto a julio. Para la adecuación se resolvió jugar un Uruguayo Especial en el primer semestre 2005, y en el segundo iniciar la temporada 2005/06 con el Apertura. Lo coherente hubiese sido que los descensos y ascensos se produjeran antes de empezar la temporada nueva o una vez finalizada la misma, pero no. Los cerebros de nuestro fútbol decidieron que después del Apertura bajaran tres equipos y subieran dos, entonces tuvimos una primera rueda del Uruguayo con 18 clubes y una segunda con 17 y con equipos multiplicando por diferentes coeficientes en las tablas del descenso y anual. Es Uruguay el único país del mundo que tuvo ascensos y descensos en medio de un campeonato.
2009: Por otro horror pudo descender Cerro Largo
Tropezar dos veces con la misma piedra, sólo en la AUF puede ocurrir. Lo sucedido con el coeficiente mal aplicado a Bella Vista en 2006 volvió a darse este año con Cerro Largo. Cuando Villa Española quedó fuera del Clausura se modificó la puntuación de los clubes que venían de la “B”, ya que iban a jugar un partido menos (el del Villa), razón por la cual debían multiplicar cada punto por más de 2.
Y otra vez le erraron al coeficiente, y Cerro Largo pudo haber descendido por una diferencia de 0,4 (quedaba Juventud con 50 puntos y los arachanes con 49,96) si en la última fecha perdía. Por suerte empató y terminó salvándose por 0,96 (50,96 contra 50).